Primer
relato, El método de las cadenas.
Bien
el reto es simple, se nos han entregado estas once palabras, y cada uno de
nosotros ha de crear un relato con las mismas, no se puede alterar el orden de
las palabras y tampoco cambiarlas.
Para
que se me entienda mejor; si la palabra es correr, no se puede utilizar,
corriendo, o cualquier variante, no, solamente la palabra escrita en el tiempo,
persona y género en el que está.
Pues
estas son las palabras escogidas para este reto:
Sol, Música, Mar, Correr,
Frío, Rojo,
Luces, Letras,
Miel, Piedras,
Arena.
Y
este el relato que yo he escrito:
Adiós
mi amor.
Caminaba
por las calles intentando despejar su mente, decidida quizás a olvidar todo por
completo, sumirse en su propia oscuridad, pese a que la luz del día no la
dejaba.
Levantó
la vista hacía el culpable que impedía que se perdiera por siempre, y tuvo que
apartar la mirada, pues su luz, la cegó momentáneamente.
Era
injusto para ella, y solo podía odiar a ese enorme astro que en algún momento,
alguien había querido llamar Sol.
Sus
pasos la llevaron hasta su hogar, uno del que había querido escapar buscando
una felicidad, que para ella, estaba negada y al que ya no podría regresar.
Intentó
un método diferente para borrar la escena que tanto la atormentaba, por lo que
cerró los ojos intentando perderse en la Música
que las olas producían al acariciar la orilla.
Pero
por primera vez y desde que había nacido, ellas no fueron su salvación, las
aguas del Mar, no la ayudaron a
sentirse reconfortada, ¿era ese su castigo por haber querido pertenecer a la
tierra?, ¿por haberse enamorado de un ser tan diferente a ella?
Desesperada
al darse cuenta de que ya no pertenecía a ningún lugar, dejó Correr por sus mejillas las lágrimas que
había conseguido contener hasta ese momento.
Se
dejó caer de rodillas e impotente rompió a llorar con toda su alma, se llevó
ambas manos al rostro para esconder las lágrimas de cualquiera que pasara por
allí y amortiguar a su vez los sonidos que acompañaban a las mismas.
Más
al rozar su mejilla con la mano derecha, la apartó rápidamente de su rostro e
intentó enfocar sus ojos azules, en lo que sin darse cuenta, aún sostenía.
Un
cuchillo que le habría otorgado una salida, una forma de regresar, de volver
con los suyos, pero sin él. Tiró el Frío
objeto al suelo, ¿cómo había sido capaz de aceptarlo?, ¿qué locura la había
embargado para ir a la habitación del príncipe y casi apuñalarlo?
Estaba
segura de que los celos la habían cegado, ¿por qué había elegido a otra en
lugar de a ella?, ¿qué podía tener esta que a ella le faltara?
Poco
a poco la oscuridad fue abriéndose pasó a su alrededor, por lo que miró una vez
más hacía el cielo, este ahora estaba teñido de varios colores, pero el más
llamativo era el Rojo mezclado con naranja
que envolvía al rey de los astros.
Al
verlo desaparecer de forma tan lenta le pareció como si él quisiera despedirse
de ella, decirle adiós para siempre, ¿podría esa ser su solución?, ¿el adiós?
Despacio
comenzó a incorporarse y caminó lentamente, sus pies eran envueltos por el agua
y la hacían sentir escalofríos, se asombró al descubrir varias Luces en el horizonte, ¿serían barcos que
volvían a casa?, ¿serían las que mostraban el camino a los marineros nocturnos?
Llegó
hasta el acantilado y observó todo a su alrededor, se sentó en el filo del
mismo, ella no conocía el miedo a las alturas, después de todo no había crecido
en un lugar donde las mismas existieran realmente, perdió su mirada en las
aguas, a la par que el viento mecía su largo cabello rubio.
Y
al pensar en cosas que no existían en su mundo, recordó otra que no había sido
creada para ellos y por lo que no había podido escribirle una carta al
príncipe, las Letras, y sin ellas, ¿cómo
hacerlo entonces?, ¿cómo contarle de ella, de sus sentimientos, de todo lo que
había soportado por conocerlo, de lo que había perdido en su viaje por amarlo,
por ansiar tenerlo?, pero sobre todo quería contarle su deseo, ese último que
había aflorado en su interior, el que gritaba, que anhelaba que él fuese feliz,
aunque no fuese junto a ella, ¿cómo se explicaba sin poder hablar y sin saber
escribir?
Sin
esas dos cosas, la dejaban con pocos recursos para hacerse entender, la reina
del mar había sabido jugar bien sus cartas, horrorizada, pensó en el cuchillo
que descansaba abajo, ¿qué habría sucedido si lo hubiese utilizado?, ¿de verdad
hubiese sido libre?
No,
seguramente no, y ya daba igual hurgar en ello, ¿cómo había podido pensar que su
vida valía más que la del príncipe?
La
idea de la despedida volvió a golpearla, más no sabía cómo lograrla, que hacer
para llevarla a cabo, una vez más, sus ojos fueron llamados por el mar y algo
llamó su atención, obligándola así a recordar la parte final del trato con la
bruja.
“Si al atardecer no le has clavado el
puñal a tú príncipe, desaparecerás como espuma de mar.”
No
dudo más, miró al gran rey y comprobó que casi terminaba con su despedida, se
puso en pie, las rocas de abajo estaban llamándola del mismo modo que la Miel que su príncipe le había dado a
probar, otra cosa no, pero en esos tres días, su príncipe, le había hecho
entrega de infinidad de cosas que le habían gustado, una pena no poder volver a
disfrutarlas.
Cerró
los ojos y abrió los brazos, el viento sopló esta vez en sentido contrario, por
lo que su melena voló hacia atrás, ¿sería el viento su aliado por una vez y
llevaría un mensaje?
Dio
un paso al vacío y dejó escapar un susurro:
--Te
amo mi príncipe, sé feliz por mí.
El
viento pareció acoger sus ocho palabras y guardarlas como si de un tesoro se
tratase, poco a poco, sintió que comenzaba a caer, esperó el impacto, pero
nunca llegó, ni una sola de las Piedras,
rozó su blanca piel.
Pero
ella, antes de fundirse por completo en la espuma del mar, pudo crear unos
cuantos temas cada vez que acariciaba la Arena
de la orilla, ese sería su sino a partir de ese momento, crear bellas melodías,
y contar su historia en las mismas, quizás, así, algún marinero las recogería y
contaría.
Fin:
En fin,
esto fue lo que salió de esas once palabras, esto sería, según mi parecer, lo
que La Sirenita pensaría antes de desaparecer definitivamente, al negarse a
matar a su amado príncipe.
La
gente que conozca el verdadero cuento de La Sirenita sabrá a qué me refiero,
pero si hubiese alguien que no lo conoce, abajo tenéis un enlace que os llevará a una página donde se encuentra La Sirenita de Han Chistian Anderser:
No estoy muy segura de si vale esta clase de relato o no, pero soy de las que le gusta pensar en los sentimientos más profundos de los personajes a los que voy conociendo a lo largo de todas mis lecturas, y La Sirenita en especial, ha sido uno de mis cuentos favoritos desde muy pequeña, la película de Disney siempre me gustó, pero cuando vi por primera vez la verdadera historia, me enamoró.
Sé que es muy triste, pero es realmente hermosa, espero que os haya gustado el relato, ya me diréis vuestra opinión al respecto ;)
Buybuy y hasta la próxima.
Gracias por leerlo y dar tú opinión ;)
ResponderEliminarAl llevar la mitad lo relacione con la sirenita y me ha gustado bastante como hablas de sus sentimientos.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo, de verdad. No, no he leído la verdadera historia de la sirenita, pero en cuanto mi tarea no me golpee tan fuerte, lo haré.
ResponderEliminarSaludos!
Que lol estaba escuchando la canción de "Parte de él" mientras lo leía, conozco la historia de la verdadera Sirenita y no incluye una segunda y tercera película u.u
ResponderEliminarSaludos.